GENERALIDADES
Generalidades
Estar en el Karacórun o el
Himalaya y contemplar cientos de picos bellísimos que nunca podré subir; cursos
de ríos que no podré seguir; rutas que no podré caminar… ¡ha de ser
desesperante!
Este blog no es un compendio habitual de “rutas” en que se describan una serie de ellas, con más o menos detalle, de lugares, cotas, tiempos, etc. etc., que nos lleven con precisión a realizarlas, por los lugares y en los tiempos previstos: Es una recopilación de mis vivencias montañeras, a lo largo y ancho de toda la Sierra de Gredos, con especial atención a sus vías de agua: -gargantas y arroyos- y sus vías de roca: -cuerdas y valles. Agua y roca en sus diversos estados son los elementos esenciales, constitutivos de la mayoría de las montañas, y de Gredos particularmente. Si le añadimos la vida humana, animales y vegetal, que interrelacionan en ella tendremos un puzle, variadísimo y cambiante, que forma el ámbito de todas estas "mis vivencias" que recopilé y sigo recopilando para dejarme a mí mismo constancia y recuerdo de lugares y sentimientos que han puesto "luz" y "acción de gracias" en mi vida.
Mención especialísima he de hacer de
mi pasión botánica, paralela y equiparable a mi pasión montañera, como se hace también
evidente en las reseñas.
Numerosísimas
veces he visto a personas o grupos caminar con decisión y facultades a lo largo
de sendas serranas bien anodinas, sin asomarse a otear a derecha o izquierda teniendo
a cuatro pasos lo más hermoso de la zona: Van con los ojos de la cara y los del
alma fijos solo en el tiempo a conseguir, su ritmo cardiaco o cosas parecidas.
Todo ello muy respetable y respetado por mí, pero también para mí, totalmente
incomprensible.
Por otra
parte, en solitario, el cambio de destino, de prioridad, de ritmo, esfuerzos y tiempos...
no precisan ser consensuados ni discutidos, lo cual otorga una total libertad de
acción.
Pero al placer
de ir solo y sentirse unas horas
como el único ser humano del universo, solo puede compararse el placer de ir
con dos o tres amigos, profundizando y compartiendo la amistad en cada tranco
del sendero, cada trepada de la roca, cada chapuzón en la poza y cada emoción del paisaje.
Al igual que huyo
de las pistas, que a veces no puedo o no quiero evitar, huyo de las marchas
masivas y los grupos muy numerosos, aunque igualmente a veces, tampoco puedo ni
quiero evitarlos.
Las que yo describo son, prácticamente todas, rutas de una jornada, con inicio y final en un mismo
punto. Evidentemente pueden “encadenarse” más de una si deseamos, y en muchos
casos acortarse para convertirlas en media jornada o bajarlas de “nivel”.
Tampoco todas tienen carácter
de "ruta" o camino a lo largo de un trayecto. A veces es el resultado
de la búsqueda de un punto concreto en que se sitúa o busco una planta, una
laguneta, una pedrera, un nuevo derrumbe de rocas o alud invernal... con lo
que los tiempos, las trazas y demás aspectos de una "ruta" quedan
desdibujados o desaparecidos, aunque lo pretendido en esa "salida"
haya resultado fantástico.
Es invento de uso reciente que inicialmente no tuvimos los
montañeros veteranos. Quizás en algunos momentos lo hubiéramos deseado, pero con
la brújula y un mapa, a veces rudimentario e impreciso, nos apañamos siempre.
Cuando se popularizó y lo adquirí lo usé con la finalidad
principal de marcar lugares de mi interés, fundamentalmente el posicionamiento
de plantas, y algunos elementos orográficos, -fuentes, riscos etc.- que hasta
entonces referenciaba "triangulado" por distancias respecto a rocas,
árboles u otras cosas visibles e identificables, lo más "permanentes"
posible, del lugar. No solía guardar los tracks ni programar mis salidas con él.
Tener previamente trazada una ruta, seguir un camino preestablecido hacia un
destino prefijado, me quitaría esa sensación de aventura, de exploración, ¡de
descubrimiento!, que buscaba y aún busco, en cada salida a la sierra.
Sería absurdo
despreciarlo, o al teléfono móvil o cualquiera de los avances que la tecnología
pone a nuestro alcance, pero sin permitir que nos priven de lo más precioso: libertad de acción.
Usarlo para todo, hace que olvidemos la necesidad de utilizar y desarrollar
nuestro sentido de orientación y nuestra capacidad de observación.
Cuando usaba para viajar solamente los carteles de las carreteras y el mapa de
papel, llegaba siempre al destino. Ahora con el móvil y el gps del coche me
pierdo cada dos por tres.
Para mí lo más importante, no es alcanzar una cumbre, un arroyo, una planta, lo más importante es el camino en sí mismo y lo que a cada paso nos ofrece, si lo sabemos disfrutar. Por eso salgo tantas veces sin saber hacia dónde iré concretamente. Salgo a conocer una zona, a hacer un camino y recrearme en cada peña y cada planta, cada charco y cada nevero, cada niebla y cada arroyo. Siempre será un gozo "nuevo" o "revivir" uno ya vivido. Tengo siempre el propósito de regresar por distinta ruta que al ir, cosa que a veces no consigo, pero por ello, entre mis amigos montañeros es tradicional la frase: "Está prohibido volver por donde se vino", cuya prohibición "legal" algún bisoño se tomó muy en serio.
Por ello cambio a menudo de destino, sobre la marcha, atraído
por un canto llamativo que parece escalable “a pelo”, por un arroyo que penetra
en una angostura, por una cueva que me anuncia el mapa o intuyo entre las
peñas, por una pedrera que me permite suponer que en la mayoría de sus cantos
no ha pisado un ser humano o, sobre todo, por una zona fresca que propicia la
presencia de plantas. Por eso huyo de las pistas y los senderos trillados, que
otros han "descubierto" y muchos han hollado.
Al plantearme la posibilidad
del presente "blog" me surgía la duda de ofrecerlos como opción
aparte, pero el análisis de diversas rutas me decantó por no hacerlo: Muchas de
ellas pueden resultar ciertamente arriesgadas para muchas personas y poco sensato
"ofrecerlas" como vías seguras, cuando en ellas cuento mis propias
dificultades, que sin embargo serán "infantiles" para otros montañeros y
escaladores.
En otros numerosos casos, el
trazado resultante es tan enrevesado de idas, venidas, trepadas y trazados "inútiles"
para quien no anduviese en busca de una planta escondida, o un liquen raro, que
requerirían un nuevo trazado suprimiendo lo "inválido" y desconcertante
para los demás.
Todas ellas han sido realizadas sin ningún tipo de cuerdas, clavijas u otros elementos de escalada propiamente dicha, de la cual no tengo la más mínima formación y poquísima experiencia, lo que indica que todas son realizables. De hecho, gracias a Dios, no he padecido en tantos años accidente alguno de consideración en el abrupto Gredos y sí jugando al "futbito" en Ávila, cascando mi ligamento cruzado anterior y meniscos de mi rodilla derecha. Ambas hoy padecen la artrosis y desgaste consecuente a lo extremado de su uso.
Las referencias altitudinales han sido tomadas con los instrumentos disponibles en cada momento: las más antiguas con "altímetro"-son bastante precisos si se han calibrado bien previamente y no han cambiado mucho las condiciones atmosféricas-, pero en una jornada entera, con desniveles fuertes y cambios de temperatura suelen tener alguna variación, pero aún así son bastante indicativos. Más recientemente hay rutas con alturas tomadas con gps específico o teléfonos, más fiables sin duda.
En
mi caso, el "mapa de
cuerdas", de Aurelio Delgado, editado por la Caja de Ahorros de Ávila, fue mi mapa habitual, a partir de su publicación en 1.992, para las zonas que cubre: macizos
Central y Occidental de Gredos. He sido testigo y colaborador en la demanda de
datos toponímicos y otros diversos, a vaqueros y personas de la sierra,
conocedores de esta, que faltan en otros mapas, con frecuencia por existir
denominaciones diversas para un mismo lugar o por falta absoluta de ellas para muchos otros.
Con anterioridad a este citado, los mapas del Ejército fueron un buen apoyo, así como los topográficos impresos, del Instituto Geográfico Nacional y algún otro de zonas más concretas. Mis propias anotaciones, -escritas en ellos o en reseñas anteriores- me han ayudado mucho a lo largo del tiempo, como bagaje orientativo. Actualmente salvo lo comentado, la calidad, fiabilidad y disponibilidad de mapas es total, aunque aún acudo al de Aurelio como complemento toponímico.
Respecto a orientación y posicionamiento para situarse en la lectura de las reseñas estimo indispensable tener algún buen mapa a la vista para ello.
Seguramente la mayoría son mediocres,
muchas buenas y algunas excelentes y desastrosas, pero nunca pretendí su calidad técnica, sino
su fidelidad para traslucir lo que deseaba de ellas. Salvo muy raras
excepciones corresponden a la fecha de los textos, sean de la calidad que sean,
pues forman parte fundamental del momento y de lo que me hicieron experimentar…
Las de flores y demás
plantas, intentan mostrar el "ambiente" de sus hábitats y los
detalles de sus aspectos morfológicos más identificativos. Muchas
están tituladas, más otras muchas no, dado que del texto al que acompañan se
deduce su identidad y su presencia en internet es poco menos que absoluta.
El montañismo que siempre he
practicado podríamos decir que es de un nivel medio respecto a dificultad y
medios técnicos. La comprensión de estos se suele hacer evidente en los textos
y accesibles en los medios informáticos. Respecto a los términos botánicos, ya
he indicado su universal presencia en ellos, además de las aclaraciones presentes
en las reseñas y fotografías. Hoy tenemos a un "clic" del móvil,
datos que hace años requerían diccionarios especializados, enciclopedias
diversas y horas de búsqueda y estudio. ¡"Don Internet" se lo sabe todo!
La terminología particular
de las distintas zonas geográficas y rurales, algunas veces verdaderamente
exclusivas, casi siempre por malformación de las palabras, las he
"traducido" en todo lo posible desde mis textos originales.
Ello determina que en un periodo de tiempo tan largo como el que se me ha otorgado el don de transitar por las montañas de Gredos, muchos de los lugares visitados, origen de mis gozos y penalidades, hayan cambiado de forma importante, principalmente para peor y curiosamente para "mejorar" la accesibilidad y el "disfrute" por cualquier medio, incluido el cemento y las traviesas de ferrocarril. La acusadísima desaparición del pastoreo favorece el continuo crecimiento de densidad de los piornales y otros matorrales cooperando a dificultar el tránsito que las prohibidas "quemas selectivas controladas" generaban o propiciando el riesgo de incendios, cada vez más abundantes e intenso. . No me han faltado ocasiones en que comparando una misma ruta realizada en tres ocasiones a lo largo de treinta años, he tenido dificultades muy superiores en la segunda ocasión y tenido que renunciar a completarla, en la tercera, sin que fuese mi edad lo determinante sino el cambio de estado de la propia ruta.
Cuando
una prodigiosa morrena glaciar, testigo de arcaicas épocas geológicas, aparece
inopinadamente atravesada y rota por una pista para vehículos, me dan ganas de llorar, al igual
que viendo otros muchos "desaguisados" producidos, incluso por
quienes se dicen montañeros o tienen la responsabilidad del proteger lo natural.
Positivamente
todo cambio natural, incluso el aparentemente negativo, contribuye a “sorprendernos”
cada día y aportar su granito de “aventura” aunque muchas veces poco positivamente.
Quizás ayuden a alguien a estimar el divino don de las montañas y cuanto en ellas existe y a disfrutarlas desde el alma.
Gracias , Bernardo por compartir tu pasión por la montaña ,por Gredos y por tu vivencias y experiencias de Dios en su creación ,
ResponderEliminarMe emociona , tu carisma y ejemplo
Me hace sentirme más cerca de Dios,
Gracias de corazón por compartirlo.
Abrazo muy grande,
Chema
Hola, Bernardo!
ResponderEliminarQue gusto da leerte. Sin duda la montaña y en especial, "tu Gredos" Ha dejado su impronta en tu forma de sentir y de expresarte.
Cuanto me alegra que este blog haya caido en mis manos.
Prometo leerlo y empaparme de tus vivencias en la Sierra.
Un fuerte abrazo